El caso del argentino, detenido en Venezuela, aumenta la tensión política entre el gobierno de Maduro y el de Milei.
En la mira de los organismos y medios internacionales sigue el caso de Nahuel Agustín Gallo, gendarme argentino, quien fue detenido en Venezuela el pasado 8 de diciembre en Caracas, Venezuela.
El régimen de Nicolás Maduro detuvo a Gallo al intentar ingresar a Venezuela desde Cúcuta, Colombia. Según las autoridades venezolanas, el gendarme está acusado de terrorismo y presuntos vínculos con grupos de “ultraderecha internacional” que habrían planeado acciones desestabilizadoras en el país.
Sin embargo, su familia desmiente estas acusaciones, asegurando que su viaje tenía fines turísticos para visitar a su pareja y a su hijo de dos años, residentes en el estado Anzoátegui. Antes de su llegada, Gallo contaba con una carta de invitación oficial emitida por el Servicio Autónomo de Registros y Notarías de Venezuela (SAREN), donde se especificaba que su visita era de carácter recreativo y no mayor a 30 días. Según la familia, esta carta fue tramitada para evitar complicaciones debido a la situación diplomática tensa entre ambos países.
El gobierno argentino, liderado por el presidente Javier Milei, calificó la detención como ilegal y prometió agotar todas las vías diplomáticas para lograr la liberación del suboficial, quien pertenece al Escuadrón 27 “Uspallata” en Mendoza. Además, acusaron al exembajador Óscar Laborde de actuar sin autorización en gestiones relacionadas con el caso.
En medio de la polémica Tarek William Saab, fiscal general de Venezuela, afirmó que Gallo está siendo procesado conforme a las leyes nacionales y vinculó su detención a planes subversivos contra el Estado venezolano. La Fiscalía también acusó al Gobierno argentino de complicidad con estos supuestos planes.
Mientras tanto, la familia de Gallo ha exigido pruebas de vida y su liberación inmediata, denunciando la falta de comunicación y la incertidumbre sobre su situación. El caso ha generado repercusiones internacionales, avivando las tensiones diplomáticas entre Venezuela y Argentina.
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